ART PARIS 2022
Nuestra galería no está especializada en arte concreto. Sin embargo, Julián Gil (Logroño, 1939), es uno de los más veteranos pintores con los que trabajamos. En los últimos años, hemos tenido la suerte de conocer mejor su obra gracias a las visitas a su estudio con motivo de la preparación de los proyectos dedicados a su trabajo en la feria ARTBO Bogotá 2019 y también en la última edición de ESTAMPA Madrid 2021 que tuvo lugar el pasado mes de octubre.
La obra de Julián Gil, uno de los más destacados exponentes de la abstracción geométrica en España, tiene como pilares fundamentales las matemáticas y la teoría del color. La combinación de ambas tiene como resultado múltiples series de lienzos de diversos tamaños. En algunas de sus obras, especialmente entre los años 1990-2000, puede apreciarse que fruto de las diferentes variaciones sobre una misma fórmula, obtiene como resultado la predominancia de un color en la superficie del lienzo, produciéndose una apariencia más monocroma.
En los últimos años, gracias al vínculo establecido con la galería Nueveochenta de Colombia, también hemos descubierto la obra de Beatriz Olano (Medellín, 1965), de un impulso vital extraordinario. El color y la geometría también son los elementos con los que compone sus obras, pero esta vez son aplicados de una forma mucho más intuitiva. Ella también trabaja sobre lienzo, pintando grandes superficies de un mismo color, y siendo más minuciosa en los detalles a medida que se acerca a los bordes del cuadro.
La tercera parte del stand es Regine Schumann (Goslar, 1961), influenciada desde el inicio de su carrera por artistas del movimiento color-field, compone sus obras en torno a la percepción del color según las diferentes condiciones de iluminación a las que se exponen. Utiliza el vidrio acrílico como material, creando placas en ángulo recto de diferentes tamaños y colores.
Entre estos tres artistas de diferentes generaciones, con un planteamiento muy distinto en sus obras, se produce una conexión, o al menos nace en nosotros una inquietud que nos lleva a experimentar cuál sería el resultado de combinar sus obras en un mismo espacio.
El pintor Julián Gil (Logroño, 1936), todavía en activo, es considerado uno de los principales exponentes españoles del arte concreto. Sus lienzos se alejan por completo de la representación del natural, ni siquiera son concebidos como la materialización de una imagen imaginada, sino que son construidos apoyándose en el uso de las matemáticas y la teoría del color.
Regine Schumann (Goslar, 1961) se centra en los efectos de luz y color causados por los diferentes materiales fluorescentes. Sin duda el material más frecuente en su obra son los paneles de vidrio acrílico de diferentes colores, con los que elabora diferentes composiciones en los espacios de acuerdo con la teoría de los colores de Goethe. Estos paneles son fabricados con pigmentos fluorescentes de diferentes colores que reaccionan a la iluminación externa que reciben. Cuanto más fuerte es la luz natural, más se potencia el color y el efecto luminoso. Como complemento, también usa luz negra o ultravioleta para aplicar a sus obras nuevas variaciones de color, o intensificar su brillo.
Los trabajos de la artista Beatriz Olano (Medellín, 1965) se caracterizan por el uso de la geometría, el color y la línea, además de la importante relación con los objetos, el espacio y el planteamiento tridimensional, casi arquitectónico, que adquieren algunas de sus obras. Se puede observar cómo en su trabajo existe una gran influencia de otros artistas, como Mondrian, Malevich o Rothko. En palabras de la propia artista, “siempre me ha interesado intervenir el espacio con el fin de modificar la forma en la que es percibido. Estas intervenciones generalmente tienen un carácter pictórico que se remonta a mi formación como pintora, al tiempo que abordan otros medios como el dibujo, la escultura y la instalación.
La escultora Susana Solano (Barcelona, 1946) crea espacios simbólicos de formas abstractas, inspirándose en la naturaleza, en el entorno, en la memoria; y que nos induce a observarlas y tomar partido. Partiendo de experiencias propias, plantea interrogantes alrededor del ser humano y de la relación de este con su hábitat. Encontramos arquitecturas como cavidades, receptáculos, depósitos o cerros que exploran los márgenes entre aquello que se ve y aquello que queda oculto.
